El Instituto Wyss de Ingeniería Biológicamente Inspirada de la Universidad de Harvard ha logrado insertar mediante la técnica CRISPR, imágenes, video, música e incluso sonetos de Shakespeare en una bacteria viva.
Este avance supone un nuevo método mucho más eficaz para el almacenamiento de información y cambiará en el futuro próximo todo lo que conocemos como sistema de almacenamiento de datos.
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