Así creas en los dones proféticos o no, las escalofriantes predicciones de Alois Irlmaier sobre el futuro que nos espera no te dejaran indiferente, más cuando sus causas subyacentes comienzan a gestarse y son evidentes en el actual escenario político y religioso.
La fama del profeta
Alois Irlmaier (1894-1959) fue un hombre alemán muy curioso, era radiestesista, excavador profesional y clarividente. Esta última habilidad extrasensorial, la clarividencia, lo hizo conocido durante la Segunda Guerra Mundial, ya que gracias a ella pudo predecir con precisión lugares de bombardeos y el paradero de varias personas desaparecidas. Además, también las autoridades recurrieron a él para resolver algunos crímenes.
Pero la fama siempre tiene su precio y para Irlmaier no iba a ser una excepción. Pronto se ganó enemigos que intentaron ridiculizarlo y lo acusaron de ser un brujo. Sin embargo, las cosas cambiaron luego que tuviera la oportunidad de defenderse en una corte y probar que no era ningún charlatán.
Alois Irlmaier
En los registros quedó plasmado que, sin conocerla, el acusado describió exactamente la ropa que se había puesto ese día la esposa del juez y sus quehaceres con increíble exactitud. Asombrado, al juez no le quedó otra opción que absolverlo de toda culpa y cargo.
Como en una película
El futuro se le presentaba a Irlmaier como si fuera una película, solos los números aparecían incompletos, tapados o codificados. Esto último no le impidió predecir la fecha de su propia muerte: julio de 1959. Sus últimas palabras fueron: «Muero feliz sabiendo que no tendré que experimentar lo que he visto».
Pero… ¿qué puede ser tan terrible como para preferir la muerte?
Tercera Guerra Mundial
El vidente profetizó que la Tercera Guerra Mundial se iniciaría en Medio Oriente, algo que, teniendo en cuenta el actual panorama en la región y el avance del islam en Europa, le da ciertos ribetes de realidad. Sus palabras exactas fueron las siguientes:
«Cuando todo llame a la paz, ¡shalom!, entonces ocurrirá. Una nueva guerra en el Medio Oriente repentinamente se encenderá. Grandes fuerzas navales enfrentarán y contendrán la hostilidad en el Mediterráneo. Pero la chispa que lo iniciará todo estará en los Balcanes: veo a “uno de los grandes” caer, una daga sangrienta yace a su lado —impacto sobre impacto—. Dos hombres pagados por otros matan a un tercero de alto rango. Uno de los asesinos es un hombre negro pequeño, el otro, algo más alto, tiene el cabello claro. Acaecerá en los Balcanes pero no puedo decir exactamente cuándo. (…) Inmediatamente la venganza vendrá desde ultramar».
No hay comentarios:
Publicar un comentario