En el 2008, el Vaticano dio unas declaraciones que puso en vilo al catolicismo como religión. El astrónomo y jefe del observatorio en el vaticano, el padre Gabriel Funes admitió la posibilidad de que exista vida extraterrestre en otros planetas.
Claro que el que haya vida a fuera en el universo no niega la creencia en Dios ni su existencia, pero si el Vaticano hubiese dicho esto hace 500 años, todos hubieran muerto quemados en la hoguera.
¿Acaso saben algo que su ciego rebaño desconoce? ¿Acaso hay algo más fuerte que les obligó a admitir que no estamos solos en el universo?
Quien puede usar su criterio y discernimiento puede darse cuenta en los grandes vacíos que existen en la religión sea cual sea la fe que llevemos y sea cual sea el libro sagrado que leamos, siempre habrá algo que nos haga pensar en aquella influencia extraterrenal.
Hoy hablaremos de la religión mas propalada en la faz de la tierra, el Catolicismo.
Muchos piensan que la biblia es el primer libro sagrado, creen que es un libro único y original, lo cierto es que la biblia se basa en otro libro sagrado el Talmud y este a la vez se basa en un libro aún más antiguo, un libro escrito en tablillas, llamada Enûma Elish que es un poema babilónico que narra el origen del mundo.
Como se sabe la cultura Sumeria o Babilonica esta siendo investigada actualmente por antropologos,ufologos e historiadores del mundo desde que se a puesto en boga la teoria de unos seres a quienes le dieron categoria de dioses y que habrian dejado mas que su legado en este planeta, hablamos de los Anunnaki,de quienes se dice mucho,pero aun no tenemos nada concreto.
El Enûma Elish Está recogido en unas tablillas halladas en las ruinas de la biblioteca de Asurbanipal (669 a. C. – 627 a. C.), en Nínive.
Los paralelismos encontrados en la biblia y el Enûma Elish es más que interesante, el orden de la narrativa en el Génesis sustenta signos inequívocos de la influencia con dicho libro.
Como ejemplo, el Génesis y la leyenda épica Babilónica de Gilgamesh, escrita alrededor del 2000 A.C. En Gilgamech, encontramos la historia de Utnapishtim, un hombre al que la Diosa Ea le informa que la tierra será destruida por el Dios Enlil en un arranque de cólera, ahogándolo todo en un gran diluvio.
En respuesta, Utnapishtim fabrica un gran barco de madera, y lo carga con sí mismo, su familia, y toda clase de animales vivos. Grandes lluvias azotan la tierra por seis días, todo es inundado y ahogado excepto Utnapishtim y su bote. Luego que las aguas “bajan”, Utnapishtim envía a una paloma, luego una golondrina, y por último a un cuervo a encontrar tierra seca. Luego del diluvio, Utnapishtim y su esposa son recompensados por los Dioses y hechos dioses a sí mismos, y son llevados al cielo. (A Noé no le fue tan bien). Demás está decir que las similitudes entre este poema y la leyenda de Noé son inconfundibles, y es muy probable que buena parte del Génesis fuera redactado bajo el influjo de la tradición Babilónica.
Algunos indicios encontrados en el libro sagrado católico nos abren las puertas a la especulación ya que si bien es cierto no tenemos indicios físicos para demostrarlos pero si tenemos los textos que aún podemos analizar.
Estos son los versículos bíblicos más extraños que podemos leer, los detalles son claros, saquen Uds. sus propias conclusiones:
Éxodo 13,21-22
“E iba Yahvé al frente de ellos, de día en una columna de nube para guiarlos en el camino y de noche en una columna de fuego para alumbrarlos”
Éxodo 14,19-20
“Se levantó el Ángel de Yahvé que marchaba al frente del ejército de Israel, y se puso detrás de ellos. Se levantó también la columna de nube de delante de ellos y se colocó a la espalda, intercalándose así entre el campamento de los egipcios y el campamento de los israelíes. Era nube y tinieblas (por una parte), y (por la otra) iluminaba la noche, de modo que no pudieron acercarse aquellos a estos en toda la noche”.
Génesis 6,1-4
“Cuando los hombres comenzaron a multiplicarse sobre la Tierra y les nacieron hijas, y vieron los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran hermosas, tomaron de entre todas ellas por mujeres las que les agradaron. Entonces dijo Yahvé: no permanecerá para siempre mi espíritu en el hombre, a causa de su delito; no es más que carne, y serán sus días ciento veinte años. En aquellos días había gigantes en la tierra, y también después, cuando los hijos de Dios se llegaron a las hijas de los hombres y ellas les dieron hijos. Estos son los héroes, los varones famosos de la antigüedad.
Génesis 19,24-28
“Entonces Yahvé hizo llover sobre Sodoma y sobre Gomorra azufre y fuego que venía de Yahvé, desde el cielo. Y destruyo aquellas ciudades, y toda la llanura con todos los habitantes de las ciudades, hasta las plantas del suelo. Más la mujer de Lot miró atrás y se convirtió en estatua de sal. Se levantó Abrahán muy de mañana y se fue al lugar donde había estado en pie delante de Yahvé. Miro hacia Sodoma y Gomorra, y hacia toda la región de la llanura, y vio que de aquella tierra subía humo, como el humo de un horno”. (¿Una bomba atómica?)
IV de los Reyes 2,11-12
“Mientras seguían andando y hablando, he aquí que un carro de fuego y caballos de fuego separaron al uno del otro y subió Elías en un torbellino al cielo. Eliseo miraba y clamaba: ¡Padre mío, padre mío, carro de Israel y su caballería! Y no lo vio más”
Daniel 10,4-6
“El día 24 del primer mes, estando yo a la orilla del gran río, el tigres, alce mis ojos y mire, y vi a un varón vestido de lino blanco y ceñidos los lomos de oro de Ufaz. Su cuerpo era como el crisolito, su rostro parecía un relámpago, sus ojos eran como antorchas de fuego, sus brazos y sus pies tenían el brillo de bronce bruñido y el rumor de sus palabras era parecido al estruendo de un gran gentío”.
Ezequiel 1,15-27
“Y sucedió que el año treinta, el día quinto del cuarto mes, estando yo en medio de los cautivos, a orillas del río Quebar, se abrieron los cielos, y tuve visiones de parte de Dios.
En el día quinto del mes, en el año quinto de la deportación del rey Joaquim, llegó la palabra de Yahvé a Ezequiel, hijo de Buzí, en la tierra de los caldeos, junto al río Quebar.
Y fue allí sobre él la mano de Yahvé. Miré, y vi como venía del norte un torbellino, una gran nube y un fuego que se revolvía dentro de sí mismo. Alrededor de ello había un resplandor y en su centro algo semejante a un metal brillante que salía del medio del fuego.
En el medio había la figura de cuatro seres vivientes, cuyo aspecto era este: tenían semejanza de hombre y cada uno tenía cuatro aspectos y cada uno cuatro alas. Sus pies eran rectos, y la planta de sus pies era como la planta del toro; y brillaban como bronce bruñido.
Por debajo de las alas, a los cuatro lados, salían brazos de hombres, todos cuatro tenían el mismo semblante y las mismas alas, que se tocaban las del uno con las del otro. Al moverse no se volvían para atrás, sino que cada uno iba cara adelante. Su semblante era este: de hombre por delante, tenían también, cada uno de los cuatro, de león a la derecha, de toro a la izquierda los cuatro y de águila atrás. Sus alas estaban desplegadas hacia lo alto; cada cual tenía dos alas que se juntaban con las del otro, y dos de cada uno cubrían su cuerpo.
Todos marchaban de frente, a donde los llevaba el espíritu allí andaban, sin volverse para atrás. Había entre los vivientes fuego como de brasas, encendidas como antorchas, que discurrían por entre ellos, del fuego salían rayos. Los vivientes iban y venían como el relámpago. Y mirando a los vivientes, descubrí junto a cada uno de ellos una rueda que tocaba la tierra. Las ruedas parecían de turquesa, eran todas iguales, y cada una dispuesta como si hubiese una rueda dentro de otra rueda. Cuando avanzaban marchaban hacia los cuatro lados, y no se volvían al caminar. Sus llantas eran muy altas y causaban espanto; pues las llantas estaba todo en derredor llenas de ojos.
Al ir los vivientes, giraban junto a ellos las ruedas, y cuando se alzaban de la tierra los vivientes, se alzaban también las ruedas. Hacia donde los llevaba el espíritu a marchar, marchaban, y las ruedas se alzaban a la vez con ellos, porque tenían las ruedas espíritu de vida. Cuando iban ellos, iban las ruedas; cuando ellos se paraban, se paraban ellas, y cuando se alzaban de la tierra, se alzaban porque había en las ruedas espíritu de vida. Sobre la cabeza de los vivientes había una semejanza de firmamento, como de cristal deslumbrante, que se extendía por encima de sus cabezas.
Y por debajo del firmamento estaban extendidas sus alas, una frente a la otra, cada uno tenía dos por un lado y por el otro; las cuales les cubrían el cuerpo. Oía el ruido de las alas como ruido de río caudaloso, como voz del Todopoderoso, cuando marchaban, como estruendo de campamento; cuando se detenían plegaban las alas. Y una voz salía del firmamento que estaba sobre sus cabezas. Al pararse ellos plegaron sus alas. Sobre el firmamento que estaba sobre sus cabezas había una piedra de apariencia de zafiro a modo de trono, y sobre la semejanza del trono, en lo alto, una figura semejante a un hombre que se erguía sobre él. Y de lo que él aparecía de cintura arriba, era como el fulgor de un metal resplandeciente y de cintura abajo, como el resplandor del fuego y todo en derredor suyo resplandecía. El resplandor que lo rodeaba todo en torno era como el arco que aparece en las nubes en día de lluvia. Esta era la apariencia de la imagen de la gloria de Yahvé. A tal vista caí rostro a tierra, pero oí la voz de uno que hablaba…”
Juan XXIII Y Su Experiencia de Tercer Tipo
Cabe mencionar dentro de este artículo un suceso muy llamativo que le aconteció, a uno de los representantes más queridos y odiados del mundo católico, marcando su vida y concepción respecto a la cosmovisión del Universo y el hombre.
Estoy hablando del Papa Juan XXIII, quien no fue solamente un gran Papa para la Iglesia Católica, sino que más aún, fue un gran pensador y visionario, que trató de modificar algunas de las estructuras de poder que dominaban el aspecto político y económico de la Iglesia, pero lamentablemente no pudo, o no lo dejaron, ya que apareció muerto en su lecho, en forma muy sorpresiva y lamentable.
Otro de los aspectos importantes de la figura de este Papa, es lo que ocurrió en la localidad veraniega Papal de Castell Gandolfi en 1961 y es revelada por el secretario y asistente Papal, 20 años después de su muerte, a un semanario Inglés.
Narra el asistente:.. “El Papa y yo estábamos caminando a través del jardín, una noche del mes de julio de 1961, cuando observamos sobre nuestras cabezas una nave muy luminosa”. “Era de forma oval y tenía luces intermitentes, de un color azul y ámbar”. La nave pareció sobrevolar nuestras cabezas por unos minutos, para luego aterrizar sobre el césped, en el lado sur del jardín.
Un extraño ser salió de la nave: tenía forma humana, a excepción de que su cuerpo estaba rodeado de una luz dorada y tenía orejas más alargadas que las nuestras. Su Santidad y yo nos arrodillamos. No sabíamos lo que estábamos viendo, pero supimos que lo que fuese no era Rezamos y cuando levantamos nuestras cabezas, el ser todavía estaba allí. Esto nos comprobó que no era una visión lo que vimos. El Santo Padre se levantó y caminó hacia el ser, (corroboró el asistente).
Los dos estuvieron alrededor de 20 minutos uno frente al otro; se los veía gesticular como si hablaran, pero no se sentían sonidos de voces. Ellos no me llamaron, por lo que permanecí donde estaba y no pude oír nada de lo que hablaron.
Luego, el ser se dio la vuelta y caminó hacia su nave y enseguida se elevó. Su Santidad dio media vuelta hacia mí y me dijo:
!…Los Hijos de Dios están en todas partes; aunque algunas veces tenemos dificultades en reconocer a nuestros propios hermanos…!.
Juan XXIII nunca quiso contarle a su asistente lo que hablaron en esa experiencia; después que el ser extraterrestre retornó a su nave y despegó, el Papa y yo continuamos nuestro paseo como si nada hubiese pasado.
Varias veces después de este suceso, su Santidad y el asistente caminaron a través del jardín, y sus ojos miraban hacia el cielo.
“Él nunca dijo nada de platillos volantes, pero estoy seguro que ambos teníamos a los visitantes extraterrestres en nuestras mentes”.
En algunas ocasiones el Papa fue sólo de paseo. Algunas veces el asistente, estaba seguro de que había Ovnis en el área. “Veía sus luces intermitentes, pero desde que su Santidad y yo paseamos juntos, no puedo decir si el los vio o no”.
Esta es una experiencia muy impresionante, que deja abierto el interrogante para algunos, mientras que para otros, reafirma su existencia y el contacto, claro y es evidente ellos no se manifiestan a cualquier persona.
Algunas características de la personalidad de Juan XXIII son interesantes de conocer:
El día antes de ser ordenado sacerdote, de ser ungido como tal, el entonces joven Ángelo Roncalli y el padre Luigi del Rosario recorrieron Roma en un largo peregrinaje. Quizá no por casualidad visitó primeramente San Juan de Letrán, la basílica de los misterios; allí subió de rodillas la escalinata santa, la que subió Jesucristo para presentarse a Pilatos, y que Elena, la madre del emperador Constantino, mandó trasladar de Jerusalén a Roma.
Al término de aquella jornada de fatiga física pero de reposo espiritual, Ángelo Roncalli descansó largamente ante la tumba de Pablo de Tarso, en San Pablo Extramuros. Por la noche, en su diario, “El Diario del Alma”, un libro de alto valor místico y contenidos esotéricos, escribió: “¿Qué le dije al Señor aquella tarde, ante la tumba del apóstol de los gentiles? Secretum meum mihi”. ¡Que mi secreto sea para mí!
Pero no hay secreto que no deba ser revelado.
Un día, Angelo Rocalli Sería el sumo pontífice y elegiría el nombre de Juan, por el que muchos decenios atrás habían demostrado ya predilección, como se verá en las profecías que él nos trasmitió.
Conclusión:
Toda la historia de la humanidad se ha visto relacionada con hechos que aún desconocemos o que se nos oculta, lo cierto es que existen indicios, pero también es cierto que para muchas personas el saber esa verdad – que ya no se puede tapar -, puede ser muy catastrófico, rompería con los sucesos de la historia, ciencia y religión, sería muy costoso para los que tienen el poder, ¿cómo lidiarían con todo ese caos?; cada día encontramos nuevas evidencias y hechos que nos hacen pensar que nuestra propia historia como raza está siendo más que observada, podemos ver evidencia de todo tipo en todos lados, y de cualquier forma, tanto que los grandes poderes tienen que aceptar que hay algo más aquí o allá y en todos lados. La verdad seguirá saliendo a la luz de a pocos, como en un gotero, simplemente nos queda estar alerta física y espiritualmente, para quizá no aceptarlo todo como una verdad, pero sí para seguir investigando y buscando esa realidad que a veces se nos escapa de las manos.
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