Según los científicos, la nanotecnología se descubrió por primera vez en la antigua Roma hace casi 1.700 años y no es una de las muchas muestras de tecnología moderna atribuidas a nuestra sociedad sofisticada. Un cáliz fabricado en algún momento entre los años 290 y 325 es la prueba definitiva que demuestra que las culturas antiguas utilizaron tecnología avanzada hace miles de años.
La nanotecnología es probablemente uno de los hitos más importantes de las últimas décadas. La explosión tecnológica ha permitido al hombre moderno trabajar con sistemas entre cien y mil millones de veces más pequeño que un metro; donde los materiales obtengan propiedades particulares. Sin embargo, el comienzo de la nanotecnología se remonta al menos hace 1.700 años.
¿Dónde está la evidencia? Bueno, una reliquia que se remonta a la época del Imperio Romano conocida como la «Copa Lycurgus» («Copa de Licurgo»), parece mostrar que antiguos artesanos romanos conocían la nanotecnología 1.600 años atrás. La Copa de Licurgo es una destacada representación de la tecnología antigua.
La Copa de Licurgo se considera entre los objetos de cristal más sofisticados técnicamente producidos antes de la era moderna.
Los expertos creen firmemente que el cáliz que se fabricó entre los años 290 y 325 es la prueba definitiva que muestra lo ingeniosos que eran los antiguos artesanos.
Las imágenes de pequeñas esculturas de vidrio retratadas en el cáliz representan escenas de la muerte del rey Licurgo de Tracia. Aunque la copa parezca a simple vista de un color verde opaco cuando una luz es colocada detrás de ella, muestran un color rojo translúcido; efecto conseguido por la incrustación de pequeñas partículas de oro y plata en el vidrio, tal como lo informa el Instituto Smithsoniano.
Las pruebas revelaron resultados interesantes
Cuando los investigadores británicos examinaron los fragmentos a través de un microscopio, descubrieron que el diámetro al que se reducían las partículas de los metales era igual a 50 nanómetros, es decir, equivalente a la milésima parte de un grano de sal.
Esto es actualmente difícil de lograr, lo que habría significado un enorme desarrollo absolutamente desconocido para aquella época. Además, los expertos indican que la «mezcla exacta» de metales preciosos en la composición del objeto muestra que los antiguos romanos sabían exactamente lo que estaban haciendo. Desde 1958 la Copa de Licurgo permanece en el British Museum.
Nanotecnología antigua que realmente funciona
¿Pero cómo? Bueno, cuando la luz golpea la copa, los electrones que pertenecen a las manchas metálicas tienden a vibrar de maneras que alteran el color dependiendo de la posición del observador.
Sin embargo, al simplemente añadir oro y plata al vidrio no se produce automáticamente esa propiedad óptica única. Para lograrlo, se requiere un proceso tan controlado y cuidadoso que lleva a que muchos expertos descarten la posibilidad de que los romanos hayan podido producir la asombrosa pieza por accidente, como sugieren algunos.
Es más, la mezcla tan exacta de los metales hace pensar que los romanos llegaron a entender cómo usar las nanopartículas.
Descubrieron que si le añadían metales preciosos al vidrio fundido lo podían teñir de rojo y producir unos efectos de cambio de color inusuales.
Pero, según los investigadores del estudio «La copa de Licurgo – la nanotecnología romana», era una técnica demasiado complicada para perdurar.
No obstante, siglos más tarde la maravillosa copa fue la inspiración para la investigación contemporánea de nanoplasmones.
Gang Logan Liu, un ingeniero de la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign, dijo: «Los romanos sabían cómo hacer y utilizar la nanopartículas para lograr un arte hermoso». «Queremos ver si esto podría tener aplicaciones científicas.» [Fuente]
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