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jueves, 10 de noviembre de 2016

La Realidad Falsificada


“Hemos sido drogados en un estado de sumisión y conectados a una matriz falsificada, diseñada con el propósito de mantenernos aplacados y sujetos al mecanismo de extracción de nuestra energía emocional por acción de toda suerte de psico-dramas virtuales”.
“La Realidad no es más que una ilusión, si bien una bastante persistente”, dijo de manera harto elocuente Albert Einstein, expresando a su manera un concepto bastante antiguo. Mientras que el Hinduismo se refiere a esta ilusión con el nombre de maya, la cultura moderna le llama la matriz.
La Matriz es el mecanismo holográfico metafísico a través del cual experimentamos nuestra realidad física, de la misma manera que un aparato de televisión sintoniza en forma selectiva un canal de entre una amplia gama de frecuencias. Lo que percibimos como realidad es una proyección electromagnética proveniente de una fuente dimensional más alta. Pero a diferencia de la estación de televisión, que solamente transmite una serie limitada de frecuencias hacia el entorno tridimensional, esta fuente dimensional más alta irradia todas las frecuencias hacia todas las dimensiones. La matriz sirve para limitar el ancho de banda y el número de dimensiones que percibimos con la finalidad de crear un “programa” coherente que no solamente miramos, sino uno con el que podemos interactuar.

Coordina, regula y mantiene en funcionamiento una arena o escenario común por medio del cual nosotros, como seres conscientes individualizados y poseedores de la condición del libre albedrío, batallamos contra la voluntad de otros seres y enfrentamos las consecuencias de nuestras propias acciones. En las densidades superiores, tales como las que experimentamos durante el sueño, la muerte o la proyección astral, cada quien puede crear su propia realidad subjetiva dentro de la que no se viola el libre albedrío de otros individuos. Si bien esto puede parecer divertido, escasamente sirve para que ganemos conocimiento o experiencia alguna. Con la finalidad de acelerar el ritmo de nuestro progreso espiritual, la matriz conecta nuestras realidades en una sola realidad consensual y objetiva. Es la matriz la que suministra un substrato físico a través del cual podemos aprender, tanto de nuestra inercia como de la solidez e individuación de los otros, el verdadero valor de sobreponernos por encima de las tribulaciones. Sin esta matriz, la naturaleza física objetiva y la opacidad de las libres voluntades de los otros seres son inexistentes; no acumulamos experiencias puesto que no hay nada que experimentar. Podría ser que aquellos que sienten que este mundo es una prisión estén justificados en su sentir, ya que somos todos parte de la misma cuadrilla espiritual de individuos encadenados unos a otros

El proceso de generación de la materia física por parte de la matriz ocurre a nivel cuántico. Una vez que la fuente electromagnética proveniente de una dimensión superior es filtrada a través de la matriz, surge en nuestro universo con la apariencia de un fotón o partícula de luz. De hecho todos los fotones que forman el universo son fragmentos holográficos de la fuente original. Así, no obstante que la fuente es singular y más elevada desde el punto de vista dimensional, a partir de ella se generan las múltiples versiones propias de dimensiones inferiores que llamamos fotones. Más aun, la materia física está formada por estos fotones. Cuando quiera que los fotones dejan de viajar en forma de vector o rayo para describir en cambio una órbita circular, la energía contenida en ellos queda atrapada en un espacio confinado para formar una partícula sub-atómica de materia estable. De esta manera nuestro complejo universo en realidad se deriva de una fuente singular, ilustrando de manera científica el eslogan metafísico de “el todo es el Uno”.

La fuente original no solamente es un proyector de la realidad física, sino también de la consciencia individual. En última instancia inclusive la materia es consciencia, si bien a un nivel básico. Así, se puede denominar consciencia de nivel básico al tipo que forma la materia, para distinguirla de la consciencia individual que solamente los seres vivos poseen. Como seres conscientes, filtramos nuestras percepciones del mundo físico cuando estamos despiertos y creamos realidades virtuales cuando dormimos, de la misma forma en que la matriz filtra la fuente original y crea nuestra realidad física. Esto nos sugiere que la matriz es una entidad consciente de nivel básico dentro de cuyo “sueño” nosotros comúnmente residimos. La matriz nos suministra el sueño, programa o juego, que nosotros luego nos damos a la tarea de jugar. Al conectar nuestras realidades de esa manera se obtiene como resultado un método de aprendizaje bastante novedoso, susceptible de ser implementado en las dimensiones superiores pero no siempre puesto en práctica allí debido a la particular preferencia de los seres en dimensiones superiores por crear y jugar su propio juego.

Nuestra matriz no es la única, sin embargo. La realidad que estamos experimentando no es más que una entre muchas, reflejando cada una de ellas ligeras variaciones en lo referente a las reglas básicas y los objetivos del programa. Cuando completamos este programa, al cabo de muchas vidas, pasamos a otro diferente.

Adicionalmente a la matriz principal responsable de sustentar la estructura física de nuestro universo, existen también otras matrices secundarias. La Tierra misma es hogar de numerosos programas de matriz secundaria, y otros planetas hacen lo suyo propio. Estas matrices secundarias se encuentran geográficamente aisladas unas de otras, y para su existencia dependen de la red energética que es suministrada por acción de los campos geomagnéticos locales, y sobre esta red se manifiestan, de la misma manera que un celuloide cinematográfico depende de un pantalla sobre la cual pueda proyectarse. Lo que esto nos indica es que a pesar de que existe una gran matriz que abarca la realidad física, hay también otras matrices menores que se proyectan en diversos planetas y sus locaciones geográficas, originadas ya sea de manera artificial por medio de tecnologías metafísicas, o bien a partir de la consciencia colectiva de las formas de vida residentes allí. Estructuras megalíticas tales como las de Stonehenge o las pirámides son ejemplos de tecnología metafísica utilizada para mantener o modificar la estructura de la red energética local con la finalidad de facilitar la atenuación, la amplificación, o los cambios en el programa de la matriz que afecta al planeta entero. Puesto que la matriz sirve para filtrar la realidad y la percepción que uno tiene de ella, al ingresar dentro de ciertas áreas que se encuentran bajo fuerte influencia de una matriz secundaria se opera una alteración de la consciencia personal.

El campo magnético de la Tierra funciona como una interfaz entre la realidad física y las matrices secundarias a las que se encuentra conectada la consciencia individual. Como consecuencia de anteriores inversiones del polo magnético ha habido extinciones masivas de las formas de vida a raíz de la caída severa del campo geomagnético, dando como resultado el que los seres son desconectados de sus cuerpos físicos. Debe hacerse notar aquí que la vida consciente conectada a un cuerpo físico, está además conectada a una matriz. Al haber un cambio en la matriz, ocurre también un cambio en la consciencia. Pero más importante aún, al haber un cambio en la consciencia, ocurre también un cambio en la matriz menor. Este es un punto crucial al tratar de encontrar una solución para el siguiente problema.

En el pasado, la matriz secundaria de este planeta funcionaba de manera autoregulada, o cuando menos, era regulada por sus mismos usuarios. Recientemente, sin embargo, esta situación ha cambiado: tal parece que nuestra matriz ha sido usurpada. Trataremos de identificar a los usurpadores definiendo primeramente las cuatro clases diferentes de seres individualmente conscientes: seres de orden cero, seres de primer orden, seres de segundo orden y seres de tercer orden.

La fuente originaria puede ser clasificada como ser de orden cero. Cuando la fuente proyecta un fragmento holográfico de sí misma se produce lo que se llama un ser de primer orden. De la misma forma, cuando un ser de primer orden proyecta una copia menor de sí mismo, esta se llama ser de segundo orden, y cuando este a su vez proyecta una parte de sí mismo, crea un ser de tercer orden. Como es sabido, cuando se hacen copias de un original, la resolución disminuye con cada generación. De igual manera, los seres de primer orden son menos poderosos que la fuente, y los seres de segundo orden son menos poderosos que los de primer orden.

Resulta evidente pensar, a estas alturas, que el ser de orden cero es sinónimo de dios, la semilla original en infinita de todo el potencial de consciencia existente así como fuente a partir de la cual se proyectan tanto la realidad física como las unidades individuales de consciencia.

Entre los seres de primer orden (Nivel de Consciencia Básico o NCB) se incluyen los que ciertas teogonías antiguas llaman Demiurgos, representados en una gran variedad de panteones y mitos creacionistas como los arquetipos o dioses creadores que dieron origen a nuestra realidad, así como a los seres de segundo orden. Entre estos últimos se cuentan los seres humanos. Puesto que la matriz existe fundamentalmente para el progreso espiritual de los seres de segundo orden, los seres humanos están dotados de ciertas habilidades creadoras que en alguna época eran utilizadas de manera rutinaria. Somos los jugadores dentro del juego de la matriz y podemos escoger modificar sus reglas o bien dejar el juego por completo, siempre y cuando estemos conscientes de nuestras habilidades y no tengamos restricciones impuestas a la hora de utilizarlas. Al igual que dios, también tenemos la capacidad de crear otros seres que son menores que nosotros mismos en cuanto a poder y función.

Los seres de tercer orden son lo que comúnmente se conocen como “formas de pensamiento”, proyecciones de nuestra propia consciencia que existen como entidades semiautónomas en densidades superiores tales como los planos etéreo y astral. Las “formas de pensamiento” son limitadas en razón de que dependen de nuestras energías espirituales para continuar existiendo. Así como nosotros derivamos nuestras energías espirituales principalmente del creador, las formas de pensamiento dependen de nosotros para su sustento.

Existen formas de pensamiento menores que creamos diariamente mediante la combinación de visualización y emoción, como por ejemplo cuando soñamos despiertos en algo agradable o cuando proyectamos nuestros miedos y temores en forma de fantasías atemorizantes. Durante tales procesos, la energía emocional dentro de nosotros es irradiada hacia el plano etéreo que interpenetra todo nuestro universo, para ser luego moldeada por medio de nuestra habilidad de visualización.

La energía emocional es el equivalente en las densidades superiores de la energía física, capaz de alterar de manera directa las probabilidades de los acontecimientos. Así pues, se puede describir de manera bastante acertada a las formas de pensamiento como campos morfogénicos moldeados e individualizados. Campo morfogénico es el campo emitido por seres vivientes que actúa a través de mecanismos cuánticos para inclinar hacia un resultado particular, acorde con las preferencias del ser consciente que lo genera, lo que de otra manera sería un sistema aleatorio. A menudo, tales formas de pensamiento menores tienen muy poco propósito y consciencia autónoma, por lo que rápidamente se disipan a medida que nos olvidamos de ellas.

Otras veces, sin embargo, y muy en especial durante situaciones en las que se generan fuertes emociones negativas tales como el miedo y el terror, tiene lugar una extrema irradiación de energía emocional que es moldeada por medio de visualización para convertirse en una forma de pensamiento mayor, imbuida de un fragmento de la consciencia del creador perdido durante el trauma. Un ejemplo de esto es el fenómeno de embrujamiento de lugares que fueran escenario de incidentes violentos. Los pensamientos obsesivos que acosan a individuos e incluso a naciones enteras, son otro ejemplo. A diferencia de las formas de pensamiento menores, las mayores parecieran tener una mente independiente. Tales entes todavía seguirán dependiendo de su creador como fuente de energía emocional y sustento, pero a diferencia de las formas de pensamiento menores, poseen un mecanismo de supervivencia, que sugiere en alguna medida una capacidad de raciocinio, que les impele a buscar esa energía. Otra diferencia entre las formas de pensamiento menores y mayores es que las primeras son básicamente etéreas, mientras que las segundas incluyen componentes astrales como resultado de su incrementada complejidad.

En épocas antiguas, el arte de generar conscientemente formas de pensamiento con la finalidad de “crear o modificar la realidad” o, según el concepto que se ha descrito anteriormente, modificar las probabilidades, era bien conocido. Los rituales cargados de fuertes emociones, tales como los que se pueden encontrar en prácticas religiosas tribales o paganas, eran métodos relativamente sencillos para la generación de poderosos seres de tercer orden. Todavía hoy en día, el empleo de formas de pensamiento para hacer las veces de autómatas etéreos es una práctica común en muchos círculos ocultos.

La mayoría de las formas de pensamiento, no obstante, han sido generadas inconscientemente a partir del sufrimiento de billones de seres de segundo orden a lo largo de las eras. Este sufrimiento es un derivado y en algunos casos la meta real de la matriz del planeta diseñada para ayudarnos a lidiar con los conflictos que surgen de la condición de libre albedrío. Pero el sufrimiento tenía un propósito definido dentro de la antigua matriz planetaria: ayudarnos a ganar en sabiduría y posibilitar nuestra evolución. Desafortunadamente, la combinación entre la generación intencional y no intencional de seres de tercer orden ha desembocado en una agregación masiva de tales entidades en una jerarquía definida, situada en los planos etéreo y astral. Puesto que las entidades de tercer orden son no solamente inferiores a las de segundo orden, sino que además muchas de ellas nacen de las emociones negativas de estas últimas, los rasgos dominantes de su mentalidad son el deseo de dominación, la envidia, la negatividad, y la necesidad de absorber energías emocionales oscuras. Buena parte de aquello que conocemos como la jerarquía demoníaca inferior tiene su origen en nuestra propia generación de entes de tercer orden.

Los demonios existen, y esta afirmación no se fundamenta en dogmas bíblicos, sino en ciencia metafísica. La jerarquía demoníaca consiste básicamente en dos tipos diferentes de seres: seres de segundo orden que han escogido transitar el camino oscuro en pleno ejercicio de su libre albedrío, y seres de tercer orden intrínsecamente oscuros por cuanto fueron creados a partir de nuestras emociones negativas. La validez del mal es inequívoca: existe porque el presente universo se rige por la directiva fundamental del Libre Albedrío. El libre albedrío implica la posibilidad de escoger el camino del mal. El libre albedrío es la condición fundamental de nuestra realidad, misma que ha sido generada por el creador como un mecanismo para la cristalización de este potencial. Sin la condición de libre albedrío, dios ya estaría autorealizado y completo y no habría ninguna razón para que existiera la presente realidad. En razón de que la realidad se manifiesta aquí y ahora, y por cuanto sabemos por observación que aún estamos evolucionando espiritual y físicamente, indicando que la experiencia y la creación son el propósito de la vida y que dios aun no está completamente autorealizado, es evidente que poseemos libre albedrío, y que como consecuencia de esto, el mal existe.

¿Cuál es la finalidad de la jerarquía demoníaca supramundana, cuando sus miembros saben que son seres de tercer orden? Se trata de criaturas celosas, envidiosas inclusive de nuestro limitado poder para crear y modificar la realidad, e imbuidos de un sentimiento de odio hacia la fuente originaria a la que anhelan subyugar y remplazar. Su meta no es la de eliminarnos, porque somos su fuente de energía, sino más bien esclavizarnos y someternos a un continuo y agonizante sufrimiento emocional. Esperan convertirse en nuestros amos espirituales a través del parasitismo espiritual.

¿Cuál es la mejor manera de establecer este parasitismo espiritual? Aquí es donde interviene la nueva matriz. Recordemos que el propósito de la matriz original era el dotarnos de la suficiente inercia como para poder llegar a una valoración adecuada de nuestra capacidad de libre albedrío y nuestros poderes. Nos permitiría alcanzar la gloria a través de superar el sufrimiento. Las matrices son las responsables por la manera en que vemos la realidad, y por las reglas físicas y metafísicas por las cuales vivimos nuestras vidas. Son un poderoso simulador en todo el sentido de la palabra.

¿Qué sucedería si una nueva matriz es insertada o superpuesta con el propósito de entorpecer nuestra evolución y facilitar la de los seres de tercer orden? ¿Podría ser acaso que la nueva matriz, en lugar de ser una escuela como la anterior, sea más bien una especie de granja? Ese parece ser el caso. Sí, la matriz original diseñada para la acumulación de sabiduría aún existe, pero un nuevo programa ha sido cargado encima de la antigua subestructura para operar con una finalidad diferente. La nueva matriz es un mecanismo altamente eficiente, diseñado para drenar un máximo de energía emocional de los seres atrapados dentro de ella mediante la creación constante de infortunios y melodramas. Su poder autocorrectivo puede evidenciarse al observar la serie de desafortunadas sincronicidades que surgen en su vida cuando intenta sacudirse su influencia permisiva de encima. La nueva matriz también se vuelve evidente cuando usted se detiene a observar el comportamiento irracional de la gente en su entorno que ha sido emocionalmente manipulada para generar más energía negativa.

No obstante, el caso no es tan sencillo. La matriz no es la única cosa que ha sido secuestrada o alterada. Nuestra estructura genética también ha sido alterada como consecuencia de las acciones de los seres de tercer grado, si bien esto ha sido conseguido de una manera indirecta. Veamos, los seres de tercer grado no tienen el poder de violar nuestro libre albedrío de manera directa, así como los seres de primer orden no tienen el poder de subyugar a dios. Las formas de pensamiento, no obstante sí pueden interferir en nuestras vidas de manera indirecta. Por ejemplo, ellas pueden enviarnos ráfagas de energía emocional para nublar nuestro discernimiento y hacer que cometamos errores de juicio. Pueden acosarnos, infestarnos como una plaga, tentarnos, pero no pueden matarnos directamente. Solamente los seres de segundo orden pueden hacer esto último.

Así que, ¿qué haríamos si nos damos cuenta de que pueden tentar a un ser de segundo orden para que lleve a cabo un crimen en contra de otro ser de segundo orden? Esa es justamente la manera en que consiguen sus cometidos. Por ejemplo, sabemos por ciertos reportes de las facciones draconianas (alienígena reptiliano) que si bien estas son responsables de miles de mutilaciones cada año, así como de otros incontables horrores, estos alienígenas en realidad se encuentran poseídos o manipulados por demonios astrales. Inclusive los seres humanos, desde los asesinos en serie hasta los maridos abusadores de sus esposas, son en alguna medida víctimas de las oscuras manipulaciones de incontables seres demoníacos. Cualquiera que conozca la historia oculta de Adolfo Hitler puede dar fe de esto.

Los grupos cristianos que están actualmente clamando a los cuatro vientos que los visitantes alienígenas son en realidad demonios, tienen parcialmente la razón. La jerarquía de la conspiración alienígena se extiende en dirección vertical hasta los reinos metafísicos y astrales, donde residen las formas de pensamiento oscuras. Por lógica inferimos que, efectivamente, Lucifer existe. Entre los seres de segundo orden se incluyen no solamente seres humanos, sino también muchas razas alienígenas, incluyendo a la raza draconiana. De tal manera, estas razas también son susceptibles a la manipulación demoníaca. Entonces Lucifer y sus subordinados son, en términos generales, astrales en cuanto a su composición, pero en su capacidad de poseer y manipular a los seres físicos está el origen de nuestras experiencias negativas en manos de alienígenas de orientación negativa, tales como los “grises” y las facciones draconianas.

Como seres de segundo orden, somos en realidad gigantes espirituales comparados con los seres de tercer orden. Pero como se aprende cuando se practica el judo, la manera de tumbar a un oponente más grande consiste en utilizar la inercia de su propio peso en contra suya. Todas las debilidades derivadas de la sobrevaloración de nuestro ego, tales como nuestra adicción al poder, las emociones y la supervivencia a cualquier costa, forman la mayor parte de nuestro peso muerto. Debido a disposiciones genéticas, estamos siempre dispuestos a matar para no ser heridos o muertos, de la misma manera que estamos siempre dispuestos a sacrificar el bien de otros por nuestro propio beneficio. Así entonces los seres de tercer orden astutamente explotan estas entre otras debilidades nuestras con la finalidad de parapetar los muros de nuestra prisión virtual.

A pesar de los métodos circunvalatorios e indirectos que se ven forzados a emplear, los seres de tercer orden han hecho un excelente trabajo para domesticarnos y subyugarnos. Han engañado a ciertos humanos y alienígenas y los han convencido de vender a sus propias razas para que se conviertan en virtuales esclavos espirituales. La desactivación de segmentos enteros de nuestro ADN por obra de las facciones alienígenas negativas acaecida en épocas inmemoriales, dio al traste con algunas de las capacidades originales de sincronización completa con la red energética global, convirtiéndonos en discapacitados en la arena de lo oculto, espiritualmente sordos, ciegos y mudos. La mayoría de nosotros ni siquiera pueda ver una salida de nuestro predicamento, y nos sentimos desprovistos de la escalera que nos permitiría salvar el muro con tal de que tuviéramos suficiente fuerza como para levantar nuestra cabeza. Si en la película The Matrix los humanos son colocados dentro de cámaras herméticas antes de ser conectados al programa de realidad virtual, en tiempos remotos nuestra estructura genética fue alterada para poder conseguir el mismo grado de inmovilización. Hemos sido drogados en un estado de sumisión y conectados a una matriz falsificada de realidad virtual, diseñada con el propósito de mantenernos aplacados y sujetos al mecanismo de extracción de nuestra energía emocional por acción de toda suerte de psico-dramas virtuales. Esta energía es extraída por los seres de tercer orden para su propio consumo.

Adicionalmente, aquellos que controlan la matriz hasta cierto punto controlan la sincronicidad. Está claro que mucha de la sincronicidad positiva que ocurre en nuestras vidas proviene de la vieja matriz que aún existe y que está conectada con la hiper-consciencia y los aspectos más benévolos del alma, llamados en conjunto el “ser superior”. Pero la nueva matriz manipuladora es capaz por sí misma de generar tal sincronicidad, la mayoría de los casos para desgracia nuestra.

La meta de estos seres demoníacos del tercer orden es la implantación de un estado de totalitarismo subliminal. Subliminal, por cuanto si se manifestaran clara e inconfundiblemente en nuestra realidad nos daríamos cuenta de que son nuestro enemigo. Al utilizarnos como fuente de energía intentan escalar a la condición de seres de orden cero. Mientras que la antigua matriz inducía sufrimiento con la finalidad de facilitar la asimilación de lecciones y la acumulación de conocimiento, la nueva matriz falsificada solo lleva a la utilización de los seres humanos en calidad de alimento emocional. Somos ganado en los corrales de una inmensa finca corporativa intra-dimensional, confinados al encierro de nuestras mentes subyugadas, en continua producción del bien que los dueños corporativos tanto codician.

Desde una perspectiva general, inclusive la nueva matriz es una enorme lección para todos nosotros. Pero hasta que logremos salvar este obstáculo, la lección estará incompleta. Y el primer paso en esa dirección es percibir claramente lo que sucede. Observe su realidad particular y trate de ver las cosas que están verdaderamente mal en ella, las pequeñas fallas, las sincronicidades, los desperfectos y las conspiraciones subterráneas. No pasará mucho tiempo antes de que se percate de que algo está verdaderamente mal. El poder escapar de esta prisión o tomar las medidas necesarias para asegurarse un mínimo de protección contra ella, eso es un asunto diferente. Usted no puede destruir la matriz, ni debe aspirar nunca a hacerlo, porque se encuentra inextricablemente unida a la matriz que sostiene toda la realidad. No obstante sí puede liberarse de su influencia. Una vez que un número crítico de seres de segundo orden consigan liberarse, la nueva matriz no podrá sostenerse a sí misma cuando se ha reducido la fuente de energías emocionales que la mantiene funcionando. Como consecuencia de esto, será inevitable que colapse y se comience a desvanecer como cualquier otra forma de pensamiento privada de energía.

Puesto que la liberación final de la influencia de la matriz completa la lección para el individuo, y puesto que se requiere de una basta mayoría de seres liberados para actúen como catalizadores de la disolución de la matriz, para cuando esta matriz se haya disuelto, la mayoría de los seres humanos no van a tener ninguna necesidad de la misma por cuanto ya la habrán superado. Por lo tanto, todo el fenómeno de la matriz manipuladora sirve de manera elegante su propósito como herramienta de aprendizaje y continúa vigente hasta que la mayoría no tiene necesidad de ella. Hasta que lleguemos a ese punto, continuará sirviendo fines subversivos, controlando y saboteando las vidas de todos aquellos que se encuentren bajo su influencia.

Es preciso entender, sin embargo, que liberarse de la matriz no es lo mismo que escapar de ella. La escapatoria es prácticamente imposible puesto que vivimos dentro de ella y estamos rodeados de gente que está bajo su control. Liberarse, en cambio, significa el volverse totalmente impermeable a sus métodos de ordeño intensivo de la energía emocional. También significa incrementar su propia provisión de energía emocional para poder tener mayor claridad de mente y mayor fuerza de voluntad para resistir. En el momento histórico presente, la mayoría de la gente se encuentra muy drenada y debilitada para pensar siquiera en resistir la autoridad usurpadora que gobierna al mundo debido a la opresión química y electromagnética, así que la tarea de resistir a una matriz ultra-totalitaria resulta sumamente intimidante.

Empleando una metáfora, la mejor manera de llenar una bañera es taponeando el desagüe y abriendo el grifo de agua a su máxima presión. De igual forma, el incrementar su provisión de energía emocional implica disminuir su susceptibilidad a las manipulaciones emocionales y conectarse a la fuente ilimitada de energía de su Yo Superior. Entre más energía pueda utilizar más fácil le resultará el poder realizar las funciones prioritarias de alterar las probabilidades en su favor, activar los llamados poderes paranormales, y el visualizar más claramente sus metas.

La protección en contra de la manipulación emocional viene como resultado del incremento de la consciencia y de la capacidad de mantener una posición encumbrada en relación a la arena de los melodramas turbulentos que se desarrollan a todo nuestro alrededor. En lugar de reaccionar con ira, desprecio, envidia, angustia, y otras emociones negativas, trate de ver las cosas desde un punto de vista compasivo. Esté consciente de las intentos sincronizados de inducir emociones negativas en usted, porque es precisamente esa negatividad la que los seres de tercer orden cosechan a través de la matriz. Entre mayor sea la cantidad de su energía que ellos posean, más fácil les será diseñar nuevas desgracias para usted, puesto que la emoción es una forma elevada de energía que genera los procesos de alteración de probabilidades. Pero al reaccionar de manera positiva y constructiva al enfrentarse a eventos en apariencia desafortunados, usted tiene el poder de romper el círculo. Y al re-direccionar sus activos emocionales hacia la visualización de probables futuros positivos, usted comienza a atraer estos.

Varias formas de meditación sirven para conectarlo y alinearlo con su Yo Superior, aparte de condicionar su cuerpo metafísico en preparación para el despertar de las facultades psíquicas. Por lo tanto, la meditación es uno de los métodos diseñados para liberarle de la matriz. No solamente incrementa su flujo de energía, sino que a la larga adquiere nuevas habilidades sensoriales que le permitirán olfatear mejor los planes siniestros de las fuerzas de la oscuridad.

La jerarquía de la oscuridad, si bien originaria de los planos metafísicos, se extiende hacia el plano físico, y cuenta con leviatanes políticos, científicos y religiosos que son la contraparte de la nueva matriz en cuanto a funciones manipuladoras. Puesto que todos estos sistemas están afincados en el mundo físico y son gobernados por seres de segundo orden, la protección debe ser conseguida más a través de métodos físicos que metafísicos. En otras palabras, si bien el protegerse en contra de la matriz metafísica involucra ejercicios de condicionamiento espiritual y la preservación de la claridad emocional, el protegerse en contra del equivalente físico de la matriz involucra métodos legales, financieros, tecnológicos y paradigmáticos, así como habilidades médicas y de supervivencia. Esté alerta, puesto que las matrices física y metafísica trabajan en conjunto para combatir los esfuerzos de resistencia al contrarrestar una las deficiencias de la otra.

Como puede ver, aparte de ceñirse una armadura para su espíritu, debe también armar su mente y su cuerpo. El conocimiento es su mejor arma. Busque las fuentes del conocimiento más elevado y aplique todo lo que aprenda. El disolver la nueva matriz requiere de un esfuerzo de equipo; sin su determinación de alcanzar la libertad por medio del conocimiento, los grilletes de la opresión permanecerán fuertes.

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