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sábado, 15 de octubre de 2016

Bombilla ENCENDIDA desde hace 110 AÑOS demuestra el lamentable ENGAÑO a la sociedad


A) Es, sin duda, la bombilla más veterana (y famosa) del mundo. Lleva luciendo sin apenas interrupciones desde 1901 y acaba de cumplir sus primeros 110 años de servicio. Se trata de una bombilla de 60 watios (aunque hoy su potencia no supera los 4), soplada a mano, con filamento de carbono, y está instalada en el cuartel de bomberos número 6 de Livermore, California. Los científicos se preguntan cómo es posible que haya aguantado tanto tiempo sin apagarse.


La bombilla luce en un cuartel de bomberos

La “Bombilla centenaria”, que figura en el Guinnes de los Records, fue soplada a mano por la Shelby Electric Company, de Ohio, a finales de la década de 1890 y donada después por el dueño de esa compañía al departamento de bomberos en 1901. Se sabe que fue en junio, aunque no el día exacto. Su “cumpleaños” se celebra, por convención, los días 18 de ese mes. Desde que fue instalada en el cuartel, la bombilla ha permanecido siempre encendida, iluminando con su pálida luz, 24 horas al día, los camiones de bomberos en su garaje.


Que se sepa, y aparte de algún que otro apagón en la zona, la bombilla sólo dejó de lucir en una ocasión, en el año 1976, cuando la sede del cuartel de bomberos de Livermore se trasladó a sus nuevas instalaciones. Para evitar disgustos, y ante el temor de que al desenroscarla de su casquillo la bombilla se rompiera, los electricistas cortaron el cable por lo sano y el pequeño “tesoro” fue transportado a su nuevo destino con escolta policial y en un coche de bomberos, bajo la atenta mirada del capitán Kirby Slate. En total, la interrupción apenas duró 22 minutos.



La bombilla, que hoy cuenta con su propia página web y que tiene una webcam dedicada(cuenta incluso con una página en Facebook), ha sido analizada en diversas ocasiones por la Ciencia. Y nadie se explica las razones de que siga luciendo después de tanto tiempo. Debora Katz, físico de la Academia Naval de Estados Unidos, ha estudiado a fondo las propiedades físicas de la bombilla de Livermore. Para ello, y ante la imposibilidad de estudiar la bombilla original sin apagarla, la investigadora se hizo con una antigua (y fundida) réplica de la misma, también fabricada or la Shelby Electric Company a finales del siglo XIX.

Un filamento más grueso


“La bombilla de Livermore -explica Debora Katz- se diferencia de dos formas de una bombilla incandescente contemporánea. En primer lugar, su filamento es unas ocho veces más grueso que el de una bombilla actual. Y en segundo lugar, ese filamento, posiblemente hecho de carbono, es semiconductor”.


“Cuando un conductor se calienta mucho -prosigue la investigadora-, su capacidad para conducir la electricidad deja de funcionar. Sin embargo, a medida que la bombilla de Shelby se va calentando, se va convirtiendo en un conductor cada vez mejor”. La investigadora quiere, ahora, estudiar el filamento de su bombilla de Shelby rota en el acelerador de partículas de la Academia Naval de EE.UU. Espera así aprender algo más sobre sus extraordinarias propiedades aunque, asegura, “es posible que la bombilla de Livermore sea única en su especie”.

Sin embargo, y aunque parezca increible, la bombilla de Livermore tiene, también, algún que otro competidor. Como la de Forth Worth, en Texas, que actualmente luce en el Museo Stockyards de esa localidad y que fue instalada en septiembre de 1908. O la que luce desde 1912 en la tienda desuministros Gasnick, en Nueva York. O la que lleva encendida desde 1926 en otro cuartel de bomberos, el de la ciudad de Mangum, en Oklahoma.

B) La obsolescencia programada y las bombillas.


Quizás sea el consumo desmesurado uno de los principales factores que nos han llevado a la actual falta de sostenibilidad, tanto en su vertiente económica como social y medioambiental. Ya en 1928 la revista de publicidad Printer’s Inkadvertía que un artículo que no se desgasta es una tragedia para los negocios. Y de ahí que hayamos acuñado un término para denominar al deseo del consumidor de poseer algo un poco más nuevo, un poco mejor, un poco antes de lo necesario. Lo denominamos obsolescencia programada.

Y uno de los ejemplos más claros, y que se puede estudiar en un periodo de tiempo muy amplio, son las bombillas de incandescencia. Ya vimos que en Livermore (California – EEUU) se encuentra en funcionamiento, en el cuartel de bomberos de la ciudad, la bombilla más antigua del mundo. Una bombilla instalada en 1901 fabricada en Shelby (Ohio -EEUU) alrededor de 1895. Y este no es el único caso de bombillas de larga duración longevas.

Pero, ¿sabemos por qué la bombilla fue la primera víctima de la obsolescencia programada?


En Ginebra en la Navidad de 1924 se creó en secreto el primer cártel mundial para controlar la producción de bombillas y repartirse así el pastel de las ventas del mercado mundial. Phoebus, así se denominaba el cártel, incluía a los mayores fabricantes de bombillas y lámparas de Europa y de Estados Unidos. Su objetivo era intercambiar patentes de invención y fabricación, controlar la producción y al consumidor. Querían que la gente comprara lámparas y bombillas con regularidad. Si las lámparas duraban mucho, era una desventaja económica.

Un año después de la creación de este cártel se creó el Comité de las 1.000 horas de Vida, cuyo objetivo era reducir técnicamente la vida útil de las bombillas. Casi un siglo después existen registros en los documentos internos que demuestran la existencia y actividad de este comité. Empresas como Philipsen Holanda, Osram en Alemania y Lámparas Zeta en España formaban parte de este comité. Presionados por el cártel Phoebus, todos los fabricantes realizaron experimentos para crear una lámpara más frágil que cumpliera con la nueva norma de las 1.000 horas.

Y la fabricación estaba rigurosamente controlada para que se cumpliera esta norma: se montaban estantes con muchos portalámparas en los que se enroscaban muestras de cada serie producida. Compañías como OSRAM registraban meticulosamente la duración de las bombillas. A la vez, el cártel creó una intrincada burocracia para imponer sus reglas: los fabricantes eran multados severamente si se salían de las normas establecidas de las 1.000 horas. A medida que esta medida tomaba efecto, la vida útil de las lámparas comenzó a caer. En poco menos de 2 años pasó de 2.500 horas de vida útil a menos de 1.000.

Para los años 40, el cártel Phoebus había conseguido su objetivo: una lámpara estándar duraba 1.000 horas.

Aunque en los años siguientes se patentaron muchísimas nuevas lámparas, incluso algunas superando las 100.000 horas útiles, ninguna llegó a comercializare, y si bien Phoebus nunca existió oficialmente su rastro nunca ha desaparecido. Su estrategia era ir cambiando de nombre: se llamó Cártel Internacional de Electricidad y luego volvieron a cambiarlo. Y sigue hasta el día de hoy vaya a saber bajo qué nombre.


Sin embargo, alejados del Occidente consumista, no existía tal obsolescencia programada. La economía comunista no estaba pensada ni regulada por el libre mercado, sino por el Estado. Sin ir más lejos, en la Alemania del Este las normas de fabricación estipulaban que una nevera debía durar al menos 25 años. En 1981 una fábrica de Berlín este comenzó con la fabricación de una lámpara de larga duración y la presentaron en la feria internacional Hannover en busca de compradores occidentales pero los del Occidente rechazaron la bombilla, a pocos años el Muro de Berlín cayó, la economía pasó a ser de consumo, la fábrica Narva cerró y la lámpara de larga duración dejó de producirse. Unos años después, Narva volvió a funcionar ofreciendo productos duraderos y preocupados por la sostenibilidad.

Es curioso pero el biznieto de Philips, Warner Philips, reniega de los planteamientos del oscuro cártel y sostiene que mercado y sostenibilidad son posibles. No podemos seguir comportándonos de la manera que los hacemos: consumiendo y tirando. Warner es el responsable de la lámpara de LEDs Philips de 25 años de duración través de Lemnis Lighting.

Sin duda, la obsolescencia programada es un asunto que afecta a la sostenibilidad de nuestro estilo de vida. Os dejamos con un documental imprescindible sobre este asunto:




Fuente:http://www.abc.es/20110623/ciencia/abci-misterio-bombilla-encendida-desde-201106231033.html

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