Una de las preguntas fundamentales de la astronomía es cuántas galaxias hay en el universo. Los astrónomos tenían sus estimaciones, pero estaban terriblemente equivocadas. De acuerdo con el censo más preciso realizado hasta ahora, hay entre 10 y 20 veces más galaxias de lo que creíamos.
El primer recuento serio de galaxias tuvo lugar a mediados de los 90, cuando las imágenes de campo profundo del telescopio Hubble dejaron al descubierto una miríada de galaxias apenas visibles, hasta entonces ocultas a nuestros ojos. Los astrónomos estimaron que el número de galaxias en el universo observable estaba entre 100.000 y 200.000 millones.
Ahora, un equipo internacional de investigadores ha demostrado que esas cifras se quedaron muy lejos de la realidad. Según un nuevo estudio basado en los datos recogidos por el Hubble, el número total de galaxias en el universo observable se encuentra en algún punto entre 1 y 2 billones de galaxias, lo que significa que hay cerca de 700 cuatrillones de estrellas.
Para llegar a estos datos, los astrónomos partieron de las imágenes del espacio profundo captadas por el telescopio Hubble y realizaron un trabajo minucioso para convertirlas en imágenes 3D, lo que les permitió hacer mediciones más precisas sobre el número de galaxias que mostraban. Sin embargo, el 90% de las galaxias del universo observable están demasiado lejos y apenas emiten luz para ser vistas con la tecnología actual.
El telescopio Hubble fotografiado en 1997 tras una misión de servicio
Para compensar ese gigantesco margen de error, los científicos utilizaron nuevos modelos matemáticos que permiten deducir la existencia de galaxias que el Hubble (un proyecto conjunto de la NASA y la ESA) no es capaz de observar. «Es alucinante que más del 90% de las galaxias del universo aún no se hayan estudiado», dice Christopher Conselice, astrofísico de la Universidad de Nottingham que dirigió la investigación.
Los datos suponen un viaje de 13.000 millones de años hacia el pasado con muchas implicaciones para la astronomía. Los científicos descubrieron, por ejemplo, que las galaxias no están distribuidas uniformemente a lo largo de la historia del universo: durante los primeros miles de millones de años había diez veces más galaxias por unidad de volumen, pero relativamente pequeñas y apenas visibles, con masas similares a las galaxias satélite que rodean a la Vía Láctea.
Estos resultados sugieren que las galaxias se fueron fusionando con el paso del tiempo, lo que redujo drásticamente su número total. «Quién sabe qué propiedades interesantes encontraremos cuando observemos estas galaxias con la próxima generación de telescopios», comenta Christopher Conselice. Futuros observatorios como el Telescopio Espacial James Webb nos abrirán una mirilla hacia esas galaxias difíciles de detectar.
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