Como parte de un esfuerzo para combatir la sequía y reducir el impacto de los desastres naturales producto del cambio climático, China ha asignado 199 millones de yuanes (u$s 29.760 millones) a su programa de modificación del clima.
El Ministerio de Finanzas del país oriental ha revelado hace unas semanas que las inundaciones este año ya han causado al menos 237 muertes, por lo que se ha visto obligado a destinar mayores recursos a las regiones afectadas, incluyendo el sur y el centro de China golpeado por grandes inundaciones, y el noroeste, al contrario, por las sequías.
China actualmente utiliza la tecnología de modificación climática, como la siembra de nubes, con el objetivo de inducir lluvias durante los periodos de sequía, la reducción de granizo, y la limpieza de los cielos en eventos de prestigio internacional -por ejemplo, en los Juegos Olímpicos de Pekín en 2008-.
La siembra de nubes puede ser hecha por generadores en tierra, aviones, o cohetes
(este último no se muestra en la imagen)
Dentro de los próximos objetivos del programa chino de modificación del clima, se encuentra el crear 60 mil millones de metros cúbicos adicionales de lluvia para el año 2020, reporta Business Insider.
Igualmente, otras naciones se están valiendo de esta tecnología. Un equipo de científicos del Desert Research Institute, en Nevada, EE.UU., ha utilizado un dron para controlar el clima, y asegura haber creado la primera plataforma autónoma de siembra de nubes, una forma de manipulación del clima que procura cambiar la cantidad o el tipo de precipitación que cae de las nubes mediante la dispersión de sustancias en el aire -como el yoduro de plata y el hielo seco-.
Los gobiernos temen que naciones hostiles puedan controlar el clima
Si parece que nunca para de llover, culpe a los rusos o a los norcoreanos. Ese es el pensamiento de algunos integrantes de la CIA, que temen que las naciones hostiles a la suya posean esta tecnología e intenten utilizarla para desatar desastres climáticos.
El año pasado, un académico experto en el tema recibió una misteriosa llamada en donde agentes gubernamentales le consultaron sobre la posibilidad que naciones extranjeras puedan "disparar" sequías o inundaciones, tal como si fueran misiles teledirigidos.
"Gente que trabaja para la CIA me llamó interesada en saber si nosotros seríamos capaces de detectarlo, en caso que alguien foráneo estuviera controlando el clima", declaró el profesor Alan Robock, de la Universidad de Nueva Jersey. "Desde luego, también preguntaron si ese alguien podría detectarnos a nosotros haciendo lo mismo".
El profesor Robock es uno de los tantos científicos alrededor del mundo que actualmente trabaja en la tecnología de manipulación del clima con la meta de combatir el cambio climático. Su respuesta hacia los agentes de la CIA fue clara: "Cualquier intento de control del clima a gran escala -i.e. como arma- sería detectable".
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