Breaking

jueves, 21 de julio de 2016

¿Hay una civilización alienígena a solo 40 años luz de la Tierra?

Recreación del tránsito de planetas frente a la estrella Trappist-1

En mayo se anunció el descubrimiento de un sistema con tres planetas próximos a la zona habitable de una estrella a 40 años luz. Un estudio publicado ahora en Nature dice que dos son mundos rocosos.

El pasado 2 de mayo, científicos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y de la Universidad de Lieja, en Bélgica, anunciaban el hallazgo de tres planetas del tamaño de la Tierra potencialmente habitables que orbitan una estrella enana y muy fría a solo 40 años luz de nosotros. Ahora, en un artículo publicado en la revista Nature, ese mismo grupo informa de que los dos planetas interiores del sistema son principalmente rocosos, como el nuestro, un dato que refuerza aún más la posibilidad de que esos mundos puedan albergar vida. Los investigadores también han determinado que las atmósferas de ambos planetas parecen compactas, similares a las de la Tierra, Venus y Marte.

Los científicos, dirigidos por Julien de Wit, del Departamento de Ciencias de la Tierra, Atmosféricas y Planetarias del MIT, llegaron a esta conclusión apenas unos días después de anunciar el descubrimiento del sistema planetario.

La estrella del sistema planetario, Trappist-1, es conocida como una estrella enana muy fría. Los científicos creen que los sistemas planetarios alrededor de estas pequeñas estrellas son los únicos en los que pueden detectar vida con la tecnología disponible

El 4 de mayo pasado, el equipo aprovechó la oportunidad de poder utilizar el telescopio espacial Hubble de la NASA y apuntó a la estrella del sistema, Trappist-1 -llamada así por el telescopio con el que fue descubierta originalmente, Trappist-, para observar un evento raro: un doble tránsito, el momento en el que dos planetas pasan casi simultáneamente frente a su estrella. "Ahora, por primera vez, tenemos observaciones espectroscópicas de un doble tránsito, lo que nos permite obtener una visión sobre la atmósfera de ambos planetas (Trappist-1 b y c) al mismo tiempo", dice De Wit.

Los datos resultaron ser prístinos, absolutamente perfectos, y las observaciones fueron las mejores que podríamos haber esperado. Sin duda, la fuerza estaba con nosotros», bromea.

Una señal rocosa

Los científicos observaron los descensos en la luz de la estrella sobre un estrecho rango de longitudes de onda que resultó no variaban mucho. Si los descensos hubieran variado significativamente, habrían demostrado que los planetas tienen atmósferas ligeras, grandes e hinchadas, similares a las del gigante gaseoso Júpiter.

Pero ese no era el caso. En lugar de ello, los datos sugieren que ambos planetas en tránsito tienen atmósferas más compactas, similares a las de los planetas rocosos como la Tierra, Venus y Marte.

"Los escenarios posibles son: algo similar a Venus, donde la atmósfera está dominada por el dióxido de carbono; una atmósfera similar a la de la Tierra con nubes pesadas, o incluso algo parecido a Marte con un ambiente empobrecido. El siguiente paso es tratar de desentrañar todos estos posibles escenarios que existen para estos planetas terrestres", concluye el investigador. MP

No hay comentarios:

Publicar un comentario