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miércoles, 17 de febrero de 2016

Extraterrestres en la isla de Pascua


Las piedras son testimonios vívidos de una antigüedad impensada. Los rastros en las cuevas -manos y piernas pintadas- afirman el nacimiento de la inteligencia ya hace cientos de milenios.

El humano, como ente de la acción y reacción, interpretó la infinidad del espacio a través de cortes y tajos. Así, la escultura, convierte a la masa en forma. La influencia externa en el acto creativo es cuestionada por varias ramas de la paleontología. Los hallazgos en las Islas Galápagos durante los primeros años de la década de los setenta asombraron y jactaron al mundo científico. Varias “estatuas” de mediana estatura -10 a 20 cm- en las costas pacíficas propusieron un retorno al dogma darwiniano. La evolución debe ser tratada como un animal en crecimiento. Los teoremas modernos han desestimado la presencia de las arcaicas tribus orientales en tan lejanas tierras. No obstante, el emergente nuevo siglo creará investigadores jóvenes con aspiraciones positivas. Mentes abiertas. Niños-hombres, criados por la lengua televisiva.

La cuestión parece irrisoria. ¿Estuvieron los extraterrestres en las costas sureñas? ¿Ayudaron a los indígenas a progresar?.

El Dr. Miller y la Dra. Tombail -del departamento arqueológico de la Universidad de Londres- asumen haber hallado en una de las estatuas de la Isla de Pascua un vestigio ciertamente extraño a la palma y martillo terrestre. Aparentemente, las estructuras fueron orientadas hacia la mar con una intención cósmica. Miller publicó sus investigaciones basándose en conjeturas. Cree que una nave nodriza yace sumergida a trescientos metros por debajo de la isla. Ésta, ayudada por potentes hilos catódicos, eleva mensualmente a la superficie una serie de ciclos magnéticos.

Esto irritó e inspiró a los indígenas con un fin preciso: la construcción de receptores electromagnéticos basándose en las peculiares rocas presentes a lo largo y ancho del archipiélago. Así mismo, los extraterrestres enviaron un emisario para guiarlos. Este fijó las medidas exactas de las moais y su orientación. Los isleños le rindieron tributo denominándole “hombre-pájaro“-Manutara- por la extensión de las membranas elásticas en su espalda. Para la Dra. Tombail el extraño los intimó a rendirle tributo anual en la cumbre del volcán Rano Kau. Esto cesaría las disputas temáticas acerca del nacimiento del ritual.

¿Son los moais de origen extraterrestre?
Historia de la isla de Pascua

A 4000 kilómetros de Chile, bajo el signo de Capricornio, yace la impresionante y radiante Isla de Pascua. Triángulo aritmético de tierra. 180 km2 de superficie. 1800 habitantes. Culturas entremezcladas por el azar. La mitad de la población utiliza el español para comunicarse. La otra con el rapanui -piedra plana en la lengua indígena-. Fue descubierta durante la Pascua Florida del año 1722 por el almirante holandés Jacob Roggeveen. Asombrado por las costumbres “liberales” de la población, se unió a una nativa y marchó hacia su madre patria con la intención de remontar la bandera del éxito. Posteriormente la Isla fue vistitada por balleneros rusos, americanos, y esclavistas peruanos que recogieron decenas de hombres y mujeres para trabajos forzados en minas. Del Perú regresaron unos pocos, de los cuales desciende la actual población pascuense.

Los marineros holandeses se hallaron estupefactos al descubrir que los miembros de la tribu Hanau Momoko destruían los moais construidos por sus adversarios, los Hanau Eepe. El capitán Klinde detuvo a los agresores a fuego de arma. Un sobreviviente de la abatida narró al traductor el porqué de la destrucción. Hace cientos de años se llevó a cabo una sangrienta guerra -he huri moai-. Aquí se articula la teoría Miller-Tombail. Los Eepe fueron instruidos por los extraterrestres. Con el tiempo llegaron a dominar la rueda y el fuego. Luego de construir los receptáculos que ordenó el “hombre-pájaro” sobrevino una era fructífera. Una parte de los sirvientes creció en silencio. De éstos se forjó una doctrina parasitaria.

A fuerza de garrote, los Honau Eepe se dejaron llevar por el vicio del poder. Convirtieron a sus hermanos polinesios en simples esclavos. Torturaron a sus mujeres, infectaron con enfermedades ajenas a sus hijos. La hora del cuerno estaba predicha. La guerra avasalló las expectativas de los Eepe. Los Momoko tomaron los pueblos e incineraron las chozas. Caníbales por tradición, se comieron a sus adversarios. El conflicto duró cuarenta años. Posteriormente se dedicaron a desmantelar las estructuras edificadas por los torturadores. Moais, Petroglifos, etc.


Las noticias llegaron a la nave sumergida. Los extraterrestres enviaron al “hombre-pájaro” para mediar en el asunto. Fue recibido con temor. Los Hanau Momoko creyeron ver al demonio de sus mitos. Le atacaron y le llevaron al volcán Rano-Raraku donde perdió la vida. Sin emisores ni receptores, la nave debió marchar nuevamente hacia el punto de origen. La tribu victoriosa legó a sus descendientes la amarga tarea.

Rastros acuáticos de la presencia extraterrestre en la isla de Pascua

Si bien se ha descifrado gran parte de los veinticuatro petroglifos -distribuidos por los museos del mundo- pascuenses, la historia relativa a los encuentros cercanos está vedada a la mirada moderna. Los ufólogos, percatados del negocio en potencia, han adulterado varias fosas comunes intentando recoger pruebas para desarrollar más y más teorías absurdas, de buena venta en el mercado editorial. La Dra. Tombail -ejemplo clásico- se acercó hasta el pacífico sur y con la ayuda de la Universidad de Londres encaró un equipo investigativo. Tres buzos se sumergieron y llegaron a tantear fotográficamente varios moais hundidos. Probablemente arrojados por los furiosos Hoanu Momoko en la post guerra… ¿o fueron atraídos por la hipnótica fuerza de la embarcación alienígena?

Inquietante fue el descubrimiento en una de las fotografías. Se apreciaba una concentración exagerada de algas en uno de los moai. Los vegetales resplandecían en la oscuridad ósea del océano. Parecían fluorescer. Miller llevó los negativos al departamento fotográfico donde pudo ampliar considerablemente la emulsión expuesta. Afirmativo. El cuerpo de las algas era indeterminado. Parecía encadenarse alrededor de la estatua formando una suerte de red protectora. ¿Estarían preservando algún tipo de aparato insertado en el centro del moai? ¿Funciona todavía el receptor? Las prematuras suposiciones no deben ser tomadas en cuenta. Al fin y al cabo, el público no necesita más ficciones sino una rotunda y fría realidad.

Misión en el Pacífico Sur

¿Cuál era la misión de los extraterrestres? ¿Acaso examinar las aptitudes de los humanos?. Estas preguntas no tienen, lamentablemente, una respuesta concreta. A nivel personal creo que pudieron ser ellos los que incitaron y corrompieron a los Hanau Eepe para que lastimasen a sus sirvientes. Piénselo de esta forma: son incontables las ocasiones en que civilizaciones occidentales han incitado a orientales con ideas perturbadoras.

Sin embargo, la presencia alienígena en la Isla de Pascua puede llegar a probarse con la sucesión de los años venideros. No solo se estudia esta posibilidad en Inglaterra, se han unido las Universidades de Barcelona, de Roma y Nueva York. Paciencia.

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